
Por: Ernesto Altamirano
La pasada noche del viernes, 29 de marzo, la banda de rock electro-industrial My Life With The Thrill Kill Kult presentó su gira “Evil Eye Tour” en el Lowbrow Palace de El Paso, Texas. Los conciertos de la gira “Evil Eye Tour” se centran en la música de 1987 a 1997 de la banda My Life With The Thrill Kill Kult, y es una celebración de más de tres decadas de música.
La banda de electrónica industrial My Life With The Thrill Kill Kult ha lanzado 12 álbumes; seis durante esa década. Recientemente lanzaron Sinister Whispherz IV: The Bedroom Tapes con grabaciones raras de las primeras canciones antes de que TKK lanzara su primer álbum. Muchas de sus canciones duran de cinco a siete minutos, lo que las convierte en canciones de club. La multitud en el Lowbrow Palace bailó y cantó todo el tiempo.

El escenario estaba mínimamente vestido pero lleno de vibra. La banda, un tenso cuarteto con Justin Bennett a la batería, Mimi Star al bajo, Buzz a todos los teclas y pistas de acompañamiento/muestras, y el líder de la banda, Groovie, en la voz. La segunda canción es una de las favoritas de los fanáticos, “A Daisy Chain 4 Satan”, donde profundizan en un tema con el que están mucho más obsesionados que Satanás. ¡Drogas! Más concretamente, chicas traviesas que consumen drogas. “Vivo para las drogas” es el tipo de frase que ya no se escucha. Es como si la celebración del libertinaje drogadicto fuera tan propia de los noventa. Hoy en día, los raperos hablan de estar adictos a los antidepresivos, ansiolíticos, jarabes para la tos y opioides, pero no hacen que la dependencia de las drogas suene tan estimulante como lo hace Thrill Kill Kult.

El nombre de la banda es el mismo que el del proyecto cinematográfico que iban a realizar el dúo fundador formado por Groovie Mann (Frankie Nardiello) y Buzz McCoy (Marston Daley). Según cuenta la historia del origen, lo que comenzó como la banda sonora de una película que pretendían hacer era tan genial que decidieron convertirlo en una banda. Lanzaron discos de 12 pulgadas y eventualmente largos para el legendario sello local Wax Trax!, hogar de pilares del post-punk/new wave/electrónica/industrial como Ministry y Front 242, y finalmente se convirtieron en uno de los actos más populares del grupo.
Probablemente sea porque TKK ofreció una mezcla tan emocionante de sonidos que trajeron horror a la pista de baile de una manera que no se había escuchado desde que Claudio Simonetti estaba haciendo abrasadores giallo-italo-disco simultáneamente para las bandas sonoras del maestro del cine italiano Dario Argento, los clubes nocturnos. y la radio; pero aún más emocionante y escalofriante por la inclusión de muestras de películas de dicho género. Mencionaré muchos de sus samples en esta reseña, y eso se debe a que sus samples son una parte muy importante de su música, y hacer una crónica de los diferentes samples es casi hacer una crónica de su evolución. Thrill Kill no inventó la idea de combinar música con muestras de películas de terror, pero sí son los maestros del genero, lo cual cautivó al publico del Lowbrow Palace en El Paso.
