Por: Ernesto Altamirano

El sábado 24 de mayo de 2025, el histórico Plaza Theatre de El Paso fue escenario de una noche mágica: un concierto completamente vendido de Caifanes, una de las bandas más influyentes en la historia del rock en español. Más de dos mil fanáticos se dieron cita en este icónico recinto para ser parte de un viaje sonoro que abarcó décadas de música, emociones y recuerdos.

Las luces, el sonido impecable y la energía que inundaba cada rincón del teatro hicieron que el tiempo pareciera detenerse. Cada canción era recibida con ovaciones, cantos y lágrimas por parte de los asistentes, muchos de los cuales han seguido a la banda desde sus inicios en los años ochenta.

Caifanes nació en la Ciudad de México en 1987 y rápidamente se convirtió en un estandarte del movimiento de rock en español que floreció en América Latina durante esa época. Su propuesta musical, que fusiona rock, new wave, sonidos góticos y elementos de la música tradicional mexicana, rompió moldes y abrió puertas para muchas otras bandas. Letras introspectivas, atmósferas densas y una estética visual poderosa definieron a Caifanes desde sus inicios, colocándolos como una voz única dentro del panorama musical latinoamericano.

Durante el concierto en El Paso, canciones emblemáticas como “Afuera”, “Aquí no es así”, “Mátenme porque me muero” y “La célula que explota” provocaron una reacción eufórica del público. Cada interpretación fue ejecutada con una mezcla de fuerza y sensibilidad que solo músicos con el recorrido y la madurez de Caifanes pueden ofrecer. Uno de los momentos más memorables de la noche llegó con “La negra Tomasa”, una canción que ha traspasado generaciones y que hizo que todo el teatro se pusiera de pie para bailar y cantar al unísono.

Saúl Hernández, líder y vocalista de la banda, se tomó varios momentos para agradecer al público de El Paso por su cariño incondicional. “Esta ciudad siempre ha sido muy especial para nosotros”, expresó con emoción. “Gracias por mantener viva la música, por mantener vivo el espíritu del rock”. Sus palabras resonaron con fuerza en un público que ha acompañado a la banda por más de tres décadas.

El concierto también sirvió como testimonio del impacto cultural de Caifanes. Más allá de su música, la banda ha sido símbolo de resistencia y autenticidad. En tiempos donde el mercado musical ha estado cada vez más dominado por modas pasajeras, Caifanes se mantiene fiel a sus raíces, sin comprometer su mensaje ni su sonido. Su legado sigue siendo una inspiración para nuevas generaciones de músicos que buscan expresarse sin filtros.

La presentación en El Paso fue más que un recital: fue una celebración de la historia del rock en español, un reencuentro entre artistas y audiencia, y una afirmación de que la música, cuando nace del alma, no tiene fecha de caducidad. Caifanes no solo llenó un teatro; llenó corazones con recuerdos, emociones y la promesa de que el rock sigue vivo.

Para los fanáticos que tuvieron la fortuna de estar presentes, esta noche quedará grabada como una de las más significativas en la historia reciente de los conciertos en El Paso. Y para Caifanes, fue una muestra más de que su música sigue trascendiendo fronteras, generaciones y tiempos.