
Por: Ernesto Altamirano
La noche de ayer el Golden 1 Center de Sacramento se vistió de gala al darle la bienvenida nuevamente al aclamado tenor Andrea Bocelli, que en esta ocasión fue acompañado para la sorpresa y el deleite del público por su hijo Matteo y su hija Virgina.
Andrea Bocelli ha hecho un regreso triunfal a los escenarios con su nueva gira, y antes de este anticipado regreso lanzó un nuevo álbum religioso y creó una de las actuaciones musicales en vivo más vistas en una catedral vacía en Italia para el Domingo de Pascua. “Believe” es tanto el nombre del nuevo álbum como la gira que lo llevará a 21 ciudades de América del Norte, incluyendo este sábado pasado en Sacramento.

Después de un breve saludo, Bocelli se puso manos a la obra con su excepcional voz de tenor. Se podía ver la concentración y el cuidado que este maestro de su oficio ponía en cada nota a través del movimiento de sus cejas y los pliegues de su frente. A veces, el vibrato de Bocelli era tan poderoso que el micrófono temblaba literalmente sin siquiera tocarlo.

Se hizo evidente de inmediato que este concierto no era solo para mostrar el inmenso talento de Bocelli, sino también para celebrar todas las artes clásicas. La primera mitad estuvo llena de artistas: la soprano Larísa Martínez y el barítono Edward Parks cantaron solos y duetos con el artista principal. Los bailarines que ejecutaban números coreografiados dieron vida al escenario mientras Bocelli tocaba sus notas.
Si bien la primera mitad del concierto estuvo dedicada a obras maestras del repertorio operístico, y en gran parte en italiano, la segunda parte estaba destinada a canciones de su nuevo álbum y éxitos que la gente asocia tradicionalmente con su voz.

Mientras Andrea Bocelli y sus músicos en el escenario se inclinaban para hacer su despedida, recordamos cuán raras han sido las actuaciones de esta grandeza en los últimos dos años.